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Kay bojesen: diseñador que hizo sonreir la madera

KAY BOJESEN: EL DISEÑADOR QUE HIZO SONREÍR A LA MADERA

Famoso por sus juguetes de madera, sobre todo por su icónico mono, el danés Kay Bojesen es considerado uno de los diseñadores más importantes de Dinamarca.

Nacido en Copenhague en 1886, Kay Bojensen comenzó su carrera de joyero en 1910, luego de estudiar con el platero Georg Jensen. A este oficio se dedicó más de 20 años hasta que la vida lo llevó a relacionarse con la madera.

Tenía 36 años cuando nació su hijo Otto y descubrió que los juguetes que le regalaban a su pequeño no duraban en sus manos más de dos minutos, ya que los destruía fácilmente. Fue ahí cuando recordó su propia infancia llena de figuras de madera talladas por su padre y decidió comenzar su propia colección. Así, creó una línea de juguetes sólidos, redondos, suaves al tacto y que inspiraban a los niños a jugar. Y, tal como él decía, piezas en las que “las líneas deben sonreír”.

Fiel al funcionalismo -movimiento de las artes decorativas del siglo XX fundado en el principio de que la forma debe estar determinada por la función- Bojesen pensó en hacer sus animales sin demasiado detalle ni apegados a la realidad, sino crear piezas simples e imaginativas. Así, realizó una colección de animales compuesta por un caballo (el primero que nació, en 1930), un elefante, un hipopótamo, un conejo, un oso, un caballito balancín, un perro salchicha, un loro, y el más famoso, el mono.

KAY BOJESEN: EL DISEÑADOR QUE HIZO SONREÍR A LA MADERA

Famoso por sus juguetes de madera, sobre todo por su icónico mono, el danés Kay Bojesen es considerado uno de los diseñadores más importantes de Dinamarca.

Nacido en Copenhague en 1886, Kay Bojensen comenzó su carrera de joyero en 1910, luego de estudiar con el platero Georg Jensen. A este oficio se dedicó más de 20 años hasta que la vida lo llevó a relacionarse con la madera.

Tenía 36 años cuando nació su hijo Otto y descubrió que los juguetes que le regalaban a su pequeño no duraban en sus manos más de dos minutos, ya que los destruía fácilmente. Fue ahí cuando recordó su propia infancia llena de figuras de madera talladas por su padre y decidió comenzar su propia colección. Así, creó una línea de juguetes sólidos, redondos, suaves al tacto y que inspiraban a los niños a jugar. Y, tal como él decía, piezas en las que “las líneas deben sonreír”.

Fiel al funcionalismo -movimiento de las artes decorativas del siglo XX fundado en el principio de que la forma debe estar determinada por la función- Bojesen pensó en hacer sus animales sin demasiado detalle ni apegados a la realidad, sino crear piezas simples e imaginativas. Así, realizó una colección de animales compuesta por un caballo (el primero que nació, en 1930), un elefante, un hipopótamo, un conejo, un oso, un caballito balancín, un perro salchicha, un loro, y el más famoso, el mono.